¿Para qué lingüistiquearla formalmente?

Resumen

Introducción

Como presentó Alejandro Pérez Guarino en el Capítulo 1, la mirada prescriptiva sobre las lenguas está presente en las instituciones que dan cuenta de su uso y en la mayoría de los materiales que se producen para un público amplio. Bien sabido es que este tipo de acercamiento a las lenguas tiene consecuencias poco felices sobre la autoestima lingüística de los hablantes de variedades que se alejan de lo aceptado y recomendado. Pero también es cierto que esta perspectiva carece de cientificidad: que “vaca” se escriba con “v” no constituye exactamente lo que denominamos una hipótesis científica. Afortunadamente, hace mucho tiempo ya que las lenguas se abordan desde perspectivas científicas que intentan comprender, por ejemplo, por qué los hablantes de una variedad empleamos determinadas construcciones y no otras en ciertos contextos discursivos, qué redes conceptuales subyacen a la elección de un marco predicativo por sobre otro, o qué mecanismos formales están en juego cuando alteramos el orden de palabras. Cada uno de los tres aspectos mencionados (el uso discursivo, la conceptualización y la atención en lo formal) se vinculan directamente con los tres grandes enfoques teóricos más conocidos en la actualidad: la Lingüística Sistémico Funcional; la Lingüística Cognitiva y la Gramática Generativa, respectivamente. Si bien estos enfoques tienen objetivos diferentes, los tres procuran alcanzar científicamente un mayor conocimiento sobre el lenguaje, ya sea que lo conciban de manera independiente o como parte indisociable de otros sistemas.
Como imaginarán por el título de este capítulo, nosotros nos vamos a detener en la perspectiva formal y a lo largo de estas páginas buscaremos dar respuesta a la pregunta sobre el “para qué” de estudiar las lenguas desde este enfoque o, mejor aún, para qué “lingüistiquearla” formalmente. ¿Qué quiere decir lingüistiquearla formalmente? Cuando hablamos de lingüística formal nos referimos a un enfoque que procura establecer formalizaciones sobre las lenguas para reconocer las propiedades de lo que se denomina facultad del lenguaje. Es decir, buscamos saber qué características tiene este objeto de estudio, qué aspectos están estrechamente vinculados con él —pero no son estrictamente parte del mismo sistema, sino que involucran otras facultades o habilidades1—, cuáles son las reglas combinatorias involucradas y en qué lugares ocurren los fenómenos de variación. Así, por ejemplo, ante una construcción como a lingüistiquearla, un enfoque formal procurará determinar los segmentos que la componen, cómo se vinculan entre sí, qué rasgos presentan, por qué esos y no otros, qué reglas subyacen a la combinación de esos segmentos, si esa regla es productiva, etc., etc. (remitimos al Capítulo 1 de ¡A lingüistiquearla! para encontrar algunas respuestas). Como intentaremos mostrar, esta manera de acercarse a las lenguas nos permite desarticular mitos y prejuicios y, al mismo tiempo, nos brinda herramientas para revisar y mejorar nuestras prácticas de investigación y de docencia.
Antes de seguir, un aviso para los lectores. Nuestros “para qué” no surgirán de un recorrido que intente mostrar que este enfoque es mejor que los otros dos que mencionamos en el primer párrafo, en absoluto. Si temen eso, tranquilos... No sucederá. Nuestro propósito es, en realidad, considerar los objetivos de un enfoque formal y los aportes que ha hecho y puede hacer por el tipo de metodología que sigue. Nuestras energías no están puestas en argumentar en contra de otros recorridos teóricos, sino que van dirigidas a argumentar en contra de los abordajes acientíficos, es decir, aquellos que surgen de prejuicios o mitos y que conducen directamente a la discriminación lingüística, con todas sus consecuencias. Ahora sí, después de esta aclaración necesaria, vamos al punto.
Nuestro objetivo en este capítulo es introducir algunos de los grandes problemas que han estructurado las indagaciones y las discusiones de la lingüística formal a lo largo de muchos años. Concretamente, nos gustaría concentrarnos en algunas cuestiones relacionadas a la adquisición y la variación, para luego adentrarnos en la relación entre la estructura argumental y el orden de palabras/constituyentes, todos aspectos que serán retomados de manera más o menos directa en los próximos capítulos. ¡Empecemos!



Archivos
Para qué lingüistiquearla formalmente.pdf

Editor

Universidad Nacional del Comahue. EDUCO

Fecha

2021

Referencia bibliográfica

Fernández, Matías & Mare, María. (2021). ¿Para qué lingüistiquearla formalmente? En ¿Para qué lingüistiquearla?. Universidad Nacional de Comahue. EDUCO. https://bibliotecadelenguas.uncoma.edu.ar/items/show/553

Fuente

¿Para qué lingüistiquearla? / Rocío Albornoz... [et al.]; coordinado por María Mare. - 1a ed. - Neuquén: EDUCO - Universidad Nacional del Comahue, 2021.
ISBN 978-987-604-569-8

Extensión

25 p.

Identificador

ISBN 978-987-604-569-8

Formato

pdf

Licencia

CC BY-NC-SA (Atribución - No comercial - Compartir Igual)

Relación

Albornoz, Rocío et al., “¿Para qué lingüistiquearla?,” Biblioteca Digital de la Facultad de Lenguas. Universidad Nacional del Comahue. https://bibliotecadelenguas.uncoma.edu.ar/items/show/550.